domingo, 22 de noviembre de 2009

Choussette


Como cada noche Choussette llegaba a casa, el eterno invierno de la soledad le esperaba tras su puerta. Con sólo entreabrir la puerta podía sentirlo.

Su marido, Mario, típico oso con una gran curva de la felicidad, (esa que le había arrebatado a ella) tumbado en el sofá esmerándose en moldear su sitio y cuidar generosamente su asqueroso abdomen.

Dejó sus zapatos en la entrada...

- ¡Hola! - murmuró.

Silencio es lo que obtuvo por respuesta... como casi siempre, ya no la sorprendía. Pasó de largo por delante de él sin apenas inmutarse. Sabía que era mejor que no hablará, cada vez que abría la boca subía el pan.

Arrastrando sus pies por la alfombra del pasillo se dirigió a la ducha, iba despojándose de sus desdichas diarias. La ducha era el único momento feliz del día. Estaba sola, ella y su cuerpo, se dedicaba a explorarse... caricias iban y venían llenando el vació que le esperaba en su gélida habitación.

Se dejaba llevar, el jabón le invitaba a disfrutar...

Con el albornoz iba a la habitación, calzaba sus bonitas zapatillas de estar en casa. Tras una rápida cena se metía en la cama, cada noche pero ese día rompió sus propios esquemas, su rutina.

La gratificante ducha le había despertado, activado, excitado... hoy quería guerra.

Se vistió con la menor ropa posible, botas altas, que la elevaban hasta el cielo, como ella buscaba esa noche; labios color carmín, falda que no dejaba espacio a la imaginación y escote generoso.

Como una zorra aullando salió sigilosa por la puerta. Los ronquidos delataban su huída, nadie la había visto.

Era viernes, la noche estaba oscura, cerrada. Brillaban unas cuentas estrellas en el palco, pero esa noche brillaba más que ninguna. Sus ojos delataban nerviosismo, ansia, lujuria... sus piernas buscaban desenfreno.

Entró en su pub favorito, como siempre, numerosos hombres en la barra, acechando la carne del mercado, deseando con las miradas, intimidando con los ojos...

Poco tardó en elegir su presa. Era moreno, ojos de gato, verdes, sonrisa impecable... el traje debaja intuir unos brazos fornidos y una espalda que ya quisieran la mayoría.

Se cruzaron las miradas, se lo dijeron todo sin palabras. Él la cogió de la mano y la llevo al coche.

Condujo durante 20 minutos aproximadamente, ella le miraba sin perder pista, sus manos se movían inquietas, estaba empezando a empapar el asiento., no podía más... o paraba o iba a abalanzarse sobre él ahí mismo.

Él sonreía, notaba sus ganas, la mano subía y bajaba dibujando largos senderos insinuantes por la pierna de Choussette. La piel de gallina y escalofríos la delataban.

Por fin paró, no podía distinguir nada, sólo árboles.

Bajaron del coche y descubrió un hermoso lago en la mitad del bosque. Era tan exótico, y romántico... la luna se reflejaba en sus tranquilas aguas, lisas... que pronto se tornarían turbias y revoltosas.

Como dos chiquillos se despojaron de sus ropas y corrieron al agua, poco tardó en hacerse notar el frío del agua, lo cual sirvió para aumentar más y más la temperatura.

El hombre de traje, cogío a Choussette a horcajas, el va y ven de las aguas le invitaba a penetrarla, pero decidió recrearse. La sacó a la orilla y una vez tumbada se dedicó a recorrerla de arriba abajo. Choussette se estremecía, se sentía tan bien... Se dejó llevar, es lo que buscaba, necesitaba llenar el vació de la rutina, de su asquerosa y triste vida. Tener una noche de sexo desenfrenado y sin compromiso, pero con dulzura, quién sabe si con "amor".

La gustaba jugar a ser otra mientras tenía sexo con desconocidos, sólo ahí podía mentirse y ser protagonista de su propio cuento.

Cuando estaba a punto de caramelo el subió repentinamente de aquellas partes y la embistió. Cual estaca, le llegó al alma desgarrándola la vida, las tristezas, indecisiones...

Entraba y salía, subía y bajaba, le estaba volviendo loca.

En el silencio de la noche se escuchaban sus gemidos como una orquesta de jadeos, como dos animales en celo se frotaban sin cesar.

Él la miraba a los ojos, ella entendió que iba a estallar, buscó el detonador y lo pulsó sin pensarlo, saltaron por los aires. Se fundieron como fuegos artificiales destacando en la oscura noche.

Casi entre convulsiones, permanecieron tumbados uno al lado del otro, mirándose, ahogándose entre gritos sordos.

Choussette se levantó, se vistió sin mediar palabra y se montó en el coche.

Él, absorto de su belleza, de su sensual caminar, no necesitó palabra alguna para entender su situación. Callado, se montó en el coche y la dejó en casa.

Se despidieron con un tímido beso, agotado pero ansioso de más.

Sabían que volverían a encontrarse, ese bar sería su aliado, la habitación del crimen.

Choussette llegó a casa, abrió la puerta, ya no tenía frío, la gélida corriente ahora era una suave brisa que la acariciaba haciéndola cosquillas. Se descalzó y se dirigió a la cama.

Allí estaba Mario, tumbado boca arriba, con la boca abierta, y la serenata de cada noche.

Ella sonrió, y se acostó a su lado.

Cerró los ojos esperando despertarse cada día siendo un viernes más...


Autodestructivos

Sin saberlo, están acabando el uno con el otro... uno el martillo, otro el muro por destruir... una la hazada, otro el trigo segado...cortado de raíz
¿Historia de Amor& Odio?
Uno de esos amores autodestructivos, noches de locura se enfrentan a días grises, con los ojos como nubes, derrochando lágrimas sin parar.
¿Caricias o puñaladas? ¿Besos o mordiscos arrebatadores?
Sus corazones tan pronto laten como quedan paralizados, confusos... sin saber qué hacer ni decir.
Se piden explicaciones, razones, que no salen a flote, ni ellos mismos se entienden.
Contigo pero sin ti, es una frase que nunca le gustó, por desgracia, cada día forma más parte de su vida...

Duelo de Titanes

Cuerpo a cuerpo, no hay defensas, ni rodilleras, ni escudos...
Ella por evitar mostrarse a sí misma, miedo al rechazo, a las historias repetitivas,
piensa que su concha es bonita, y cual ermitaño decide refugiarse en ella.
Pero ese maldito Humano la despojó de la misma, tirando de su delicado cuerpecito cual caracol devorado.
Saltaron chispas, sentimientos por los aires que le golpearon de lleno, sin apenas evitarlos.
Expuesto a ella, quedó exhausto. No podía seguir mintiéndose, era evidente, irremediable, 3...2...1... K.O. (D.lo siento!tu entrada se me vino a la cabeza al escribirlo)

Día a día se mira al espejo, evitando su propio reflejo, asustado, incluso... indefenso.
Ella crece, cual culturista, se hace fuerte, viva. Se mira al espejo pero ya no lo golpea, observa, callada, seria... cómo un médico forense buscando razones...

martes, 10 de noviembre de 2009

En PAUSE



Pausa: Breve interrupción, tardanza, lentitud, momento en que se corta la música.


Así se siente hoy,como una canción pausada bruscamente, no avanza, ni retrocede (eso nunca. Quisiera volver al inicio de la partitura, el botón de REW no funciona... se ha quedado en el BOOM de la obra.

Como aquella estrella, permanece en estado de espera (Standby, quieta, parada, pero ansiosa...).

Aunque insegura, siempre tuvo todo bajo control. Hoy, todo se le va de las manos, como un pez escurridizo al que intenta atrapar con fuerza.

Su joven corazón está alterado, como si de una arritmia se tratara sufre descargas incontrolables, latidos extracorpóreos que le dejan en síncope.

Se acuesta soñando, y se despierta mareada.

Tiene miedo, nunca l ustaron las esperas, dudas... la cuerda floja es su fuerte, ahora, cuelga de un hilo.

Una enorme interrogación la sobrevuela ¿? No puede contestar.

El problema se le plantea de frente, recuerda los problemas infantiles, un coche sale de Madrid... aquí el tren está en la parada, pero no sabe si debe subir o no. De la vía conoce el inicio, pero el final se pierde en la lejanía. Asustada, excitada; ansiosa, rezagada...

Quizás SI... quizás no.


Una historia que aún no existe promete.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Con ganas de más...



El sol entra por su ventana.
Poco a poco se va descongelando el hielo de sus alas, la escarcha queda atrás.
Le acompaña una tenue brisa, como una tormenta de verano, le pilla de sorpresa,
pero ella... quiere dejarse llevar, y lo hace...
Y sube y sube, hinchando sus mofletes para elevarse más y más alto, para soñar.
De sus piececillos nacen raíces, fuertes, duras, de ilusiones como pilares,
sabe que algún día se troncharán pero no la importa, hoy quiere volar,
quiere creer, quiere soñar, quiere...
SER FELIZ.
Le enseñaron que el que no apuesta no gana, y hoy,ella, apuesta todo a la ficha
verde,
de esperanza,
amarillo de alegría, al rojo de pasión y lujuria, y al azul de ternura.