Como cada noche Choussette llegaba a casa, el eterno invierno de la soledad le esperaba tras su puerta. Con sólo entreabrir la puerta podía sentirlo.
Su marido, Mario, típico oso con una gran curva de la felicidad, (esa que le había arrebatado a ella) tumbado en el sofá esmerándose en moldear su sitio y cuidar generosamente su asqueroso abdomen.
Dejó sus zapatos en la entrada...
- ¡Hola! - murmuró.
Silencio es lo que obtuvo por respuesta... como casi siempre, ya no la sorprendía. Pasó de largo por delante de él sin apenas inmutarse. Sabía que era mejor que no hablará, cada vez que abría la boca subía el pan.
Arrastrando sus pies por la alfombra del pasillo se dirigió a la ducha, iba despojándose de sus desdichas diarias. La ducha era el único momento feliz del día. Estaba sola, ella y su cuerpo, se dedicaba a explorarse... caricias iban y venían llenando el vació que le esperaba en su gélida habitación.
Se dejaba llevar, el jabón le invitaba a disfrutar...
Con el albornoz iba a la habitación, calzaba sus bonitas zapatillas de estar en casa. Tras una rápida cena se metía en la cama, cada noche pero ese día rompió sus propios esquemas, su rutina.
La gratificante ducha le había despertado, activado, excitado... hoy quería guerra.
Se vistió con la menor ropa posible, botas altas, que la elevaban hasta el cielo, como ella buscaba esa noche; labios color carmín, falda que no dejaba espacio a la imaginación y escote generoso.
Como una zorra aullando salió sigilosa por la puerta. Los ronquidos delataban su huída, nadie la había visto.
Era viernes, la noche estaba oscura, cerrada. Brillaban unas cuentas estrellas en el palco, pero esa noche brillaba más que ninguna. Sus ojos delataban nerviosismo, ansia, lujuria... sus piernas buscaban desenfreno.
Entró en su pub favorito, como siempre, numerosos hombres en la barra, acechando la carne del mercado, deseando con las miradas, intimidando con los ojos...
Poco tardó en elegir su presa. Era moreno, ojos de gato, verdes, sonrisa impecable... el traje debaja intuir unos brazos fornidos y una espalda que ya quisieran la mayoría.
Se cruzaron las miradas, se lo dijeron todo sin palabras. Él la cogió de la mano y la llevo al coche.
Condujo durante 20 minutos aproximadamente, ella le miraba sin perder pista, sus manos se movían inquietas, estaba empezando a empapar el asiento., no podía más... o paraba o iba a abalanzarse sobre él ahí mismo.
Él sonreía, notaba sus ganas, la mano subía y bajaba dibujando largos senderos insinuantes por la pierna de Choussette. La piel de gallina y escalofríos la delataban.
Por fin paró, no podía distinguir nada, sólo árboles.
Bajaron del coche y descubrió un hermoso lago en la mitad del bosque. Era tan exótico, y romántico... la luna se reflejaba en sus tranquilas aguas, lisas... que pronto se tornarían turbias y revoltosas.
Como dos chiquillos se despojaron de sus ropas y corrieron al agua, poco tardó en hacerse notar el frío del agua, lo cual sirvió para aumentar más y más la temperatura.
El hombre de traje, cogío a Choussette a horcajas, el va y ven de las aguas le invitaba a penetrarla, pero decidió recrearse. La sacó a la orilla y una vez tumbada se dedicó a recorrerla de arriba abajo. Choussette se estremecía, se sentía tan bien... Se dejó llevar, es lo que buscaba, necesitaba llenar el vació de la rutina, de su asquerosa y triste vida. Tener una noche de sexo desenfrenado y sin compromiso, pero con dulzura, quién sabe si con "amor".
La gustaba jugar a ser otra mientras tenía sexo con desconocidos, sólo ahí podía mentirse y ser protagonista de su propio cuento.
Cuando estaba a punto de caramelo el subió repentinamente de aquellas partes y la embistió. Cual estaca, le llegó al alma desgarrándola la vida, las tristezas, indecisiones...
Entraba y salía, subía y bajaba, le estaba volviendo loca.
En el silencio de la noche se escuchaban sus gemidos como una orquesta de jadeos, como dos animales en celo se frotaban sin cesar.
Él la miraba a los ojos, ella entendió que iba a estallar, buscó el detonador y lo pulsó sin pensarlo, saltaron por los aires. Se fundieron como fuegos artificiales destacando en la oscura noche.
Casi entre convulsiones, permanecieron tumbados uno al lado del otro, mirándose, ahogándose entre gritos sordos.
Choussette se levantó, se vistió sin mediar palabra y se montó en el coche.
Él, absorto de su belleza, de su sensual caminar, no necesitó palabra alguna para entender su situación. Callado, se montó en el coche y la dejó en casa.
Se despidieron con un tímido beso, agotado pero ansioso de más.
Sabían que volverían a encontrarse, ese bar sería su aliado, la habitación del crimen.
Choussette llegó a casa, abrió la puerta, ya no tenía frío, la gélida corriente ahora era una suave brisa que la acariciaba haciéndola cosquillas. Se descalzó y se dirigió a la cama.
Allí estaba Mario, tumbado boca arriba, con la boca abierta, y la serenata de cada noche.
Ella sonrió, y se acostó a su lado.
Cerró los ojos esperando despertarse cada día siendo un viernes más...
Él con la desesperación del condenado a muerte que intuye el alba, la beso impregnando su boca del sabor de su propio sexo, clavo sus ojos en los de ella y le susurro al oído... quiero tu alma...
ResponderEliminarFantástico Hada! Fascinante!cada dia me sorprendes más, jaja.
Un besazo!!!
Me ha encantado tu blog a mí también, y más con esa música de fondo! :)
ResponderEliminarLa aspirante: MUCHISIMAS GRACIAS ^^ la Fuga... querida Fuga me pierde!! Un besote
ResponderEliminarHada! Largo, pero no te deja desviar la atención en ningún momento. Pobre Chousette, espero que el bar
ResponderEliminarno la traicione como ya ha hecho su marido.
Últimamente no me paso a leer ni a comentar,
estoy muy ocupado... Pero siempre es un
placer gastar unos minutos en tu blog! :)
Un beso, y cuídate!
Me has encantado.
ResponderEliminarAlf. : Muchas gracias ^^
ResponderEliminarMi querido ácrata: ¿a tí que te voy a decir?, no pasa nada, el placer el mío de tenerte por aquí aunque sea a sorbitos cortos ;) Por cierto ya no actualizo en este sino en el otro blog (numerosrojos....)
Un besito a ambos! Muaaaaaaaaaaaaaa
tu fomra describir pone, no dejes de hacerlo..
ResponderEliminar...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
TE SIGO TU BLOG
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
AFECTUOSAMENTE
siguiendo el RUMBO DE LAS NUBES
DESEANDOOS UNAS FIESTAS ENTRAÑABLES DE NAVIDAD 2009 ESPERO OS AGRADE EL POST POETIZADO DE CREPUSCULO.
José
ramón...
Es muy bonito, chica, no dejes de postear...
ResponderEliminarun beso
Muchísimas gracias Jose Ramón y Rai ^^ No he dejado de postear aunque ahora lo hago en le otro blog (sale en el perfil).
ResponderEliminarMUCHAS GRACIAS DE VERDAD y FELICES FIESTAS!!
Un besito enorme para los dos