lunes, 8 de febrero de 2010

Una más del rebaño


Los dedos bailan solos, al tum tum del teclado.

Escriben y escriben sin pararse a pensar, cual ametralladora disparan palabras inertes, vacías...

Soy una autómata automática, un, dos, tres, cargada y dispara.

El protocolo de mi vida es ya una rutina, un camino más que marcado, por el cual, paseo como zombie. Sin sentido, sin razón, pero hacia delante (¿o quizás voy en dirección contraria?)

La misma hora de todas las mañanas, suena el despertador, me cago en todo, me doy la vuelta, lo apago... maldiciendo madrugar y a regaña dientes me levanto.

Como un robot voy al baño, me lavo la cara, me miro... ¿esa soy yo? ¡JODER!

Las mismas horas, los mismos minutos, la misma gente en el mismo sitio.

Lo mismo... y cada día se repite.

Ya vomito la lección diaria por inercia, no me paro a pensar, simplemente actuo.

En medio de ese camino, paro, pienso, recapacito y me rio de ver los estúpidos que somos. Una oveja más del rebaño en el atasco de la carretera de siempre con destino ninguna parte.

Miro a los lados, caras inexpresivas, máscaras insensibles, ojos medio abiertos- medio cerrados... cuerpos sobre pies que les llevan sin destino aparente.



5 comentarios:

  1. Habrá que cortarse los pies...

    Sociedad drástica, soluciones drásticas.

    ResponderEliminar
  2. Sentir todo lo que describes y percibir todo el entorno como haces no creo que sea pensamientos de un robot o un automata...Solo hay que darse una vuelta por tu blog para ver que aunque lo que nos rodea nos condiciona al costumbrismo tu estas bastante fuera de ello.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. La rutina es otra forma de estar muerto. Cuando te da el baón por agobio es lo peor. El estrés tampoco es lo que se dice mejor. A ver si tienes suerte y te tropiezas con una novedad inesperada(y agradable, claro). Pero el texto no es rutinario.

    ResponderEliminar